domingo, 26 de octubre de 2014

Reseña de La Dictadura Perfecta



Director: Luis Estrada
Actores: Alfonso Herrera, Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Silvia Navarro
Duración: 142 minutos
País: México
Año: 2014

En un estado al norte de México, la noticia del secuestro de unas gemelas es aprovechada por el gobernador local para desviar la atención de la población sobre su pésimo desempeño al usar la ayuda de la televisión para mantener e impulsar su carrera política. Pero, el desvío es tan efectivo, que no sólo distrae a los habitantes de ese lugar, sino también a éste quien escribe, pues esperaba una sátira más pulida y enfocada.

Después de que el Presidente de la República hace unas muy polémicas declaraciones, el gobierno pide la ayuda de la televisora más importante del país (y al parecer aquí, la única) para desviar la atención, así que, en el noticiario más importante, muestran a un gobernador recibiendo millones de pesos de soborno. Éste funcionario luego pide ayuda a la misma empresa para desviar la atención de esa noticia y hacer cambiar la opinión pública que se tiene de él para luego competir por cargos más importantes. Pero es un gobernante muy malo al que le salen nuevos escándalos continuamente así que es difícil hablar bien de él. Afortunadamente acontece el secuestro ya mencionado y éste da la oportunidad al político de lucirse como un héroe y al mismo tiempo lograr la empatía de la sociedad.

El problema es que la película le da muchísimos minutos a la historia del rapto. Se enfoca tanto en él que por momentos parece que trata más sobre esa cuestión que sobre política. Cierto, esa noticia justifica el cambio de percepción y el éxito para ese servidor público, pero podrían habérsele dedicado menos minutos en una película que se siente larga y muy solemne. Esa solemnidad perjudica sobre todo a un actor: Joaquín Cosío. Su personaje es casi unidimensional siendo un paladín de la justicia y la honestidad que no convence con sus discursos morales y acaba aburriendo.

Damián Alcázar hace un muy buen papel como el gobernador corrupto. Hay mucha naturalidad en sus actos y en su lenguaje; proyecta la desvergüenza de un político que cree que hace lo necesario y correcto. No obstante, la sorpresa la da Alfonso Herrera. Actor más conocido por su papel en la telenovela Rebelde, aquí convence como un inteligente productor televisivo encargado de ayudar al personaje de Alcázar. Grandísimo acierto: Sergio Mayer como Presidente de México, ¡igualitos!

Esas buenas actuaciones explican el contubernio Televisión-Política. Un problema latente en el país que hay que denunciar, pero lo hacen en medio de una sátira que se da mucha importancia a sí misma, que casi no ríe, que se distrae y que hace quedar mal a la política pero no tanto a la televisión. Y aquí van mis motivos:

1) El productor televisivo interpretado por Alfonso Herrera es el personaje más inteligente y más proactivo. De hecho, para mí, es el verdadero protagonista. ¿Por qué? Porque él es quien constantemente da la solución a los escándalos gubernamentales, es el líder que lleva al éxito a su equipo, realiza el trabajo para el que fue contratado y además, al final, su trabajo lo recompensa y beneficia a la mayoría de los demás personajes.

2) ¿No es un poco contradictorio atacar a la principal empresa televisiva del país pero aún así usar a muchos actores identificados con ella? ¿Esto incluso no habla bien de esa empresa, pues deja que varias de sus estrellas actúen en una obra que la critica fuertemente? 

3) Los llantos falsos de la mamá de las niñas secuestradas (Silvia Navarro) más toda la atención que se vierte en ese tema son dignos de una telenovela.

4) Por problemas con el financiamiento (y aquí puedo pecar pero creo que hay que hacerlo notar), la película fue rodada en formato digital 2k, irónicamente, eso la hace ver más como televisión que como cine.

 6.5/10

Poster de La Dictadura Perfecta